Queridas Hermanas,
El 2 de febrero, Jornada Mundial de la Vida Consagrada, da comienzo al mes de febrero, que tradicionalmente evoca imágenes y frases de amor. En consecuencia, parece más apropiado que la virtud que enfocamos este mes sea la caridad; es decir, la encarnación del amor. En nuestra llamada como seguidoras de Cristo como religiosas, el amor está entrelazado en el tejido de nuestras vidas.
Nuestras Constituciones nos llama a integrar nuestro amor y compromiso.
“…La consagración y misión de Cristo fueron una sola cosa: también nosotras nos esforzamos por la integración de todos los aspectos de nuestra vida consagrada. Enriquecidas por el Espíritu, nuestra vida se hace ofrenda de amor genuino y pronta disponibilidad, manifestándose en el compromiso total de compartir la misión De Cristo.” Artículo 51
Como seguidoras de Jesús vivimos a la luz de su discurso de despedida:
“Les doy un mandamiento nuevo: que se amen los unos a los otros. Uds. deben amarse unos a otros como yo los he amado. En esto reconocerán todos que son mis discípulos: en que se aman unos a otros.” Juan 13:34-35
“Hay algo en un mandamiento que presupone lo mejor de nosotras: que podemos experimentar total caos y confusión, pero que somos capaces de responder a una llamada que nos invita a ir más allá de nosotras mismas... el mandamiento de amar no presupone que hemos llegado al amor de una vez por todas. En cambio, nos pone en el camino del amor, afirmando que seremos más amorosas a medida que actuamos de manera amorosa. Jesús sabía que sus discípulos eran imperfectos, pero aun así los consideraba sus amigos. Y confió en que amarían a los demás como él los había amado”. Mary Jo Leddy, autora de La otra cara de Dios: cuando un extraño nos llama a casa
El 18 de febrero conmemoramos la muerte de nuestro Fundador que resaltaba la virtud de la caridad. “A imitación de San Pablo exaltando ‘la caridad que todo lo soporta, todo lo excusa’, etc., se podría componer un himno a la caridad a partir de las cartas circulares del Padre Debrabant. Es raro que no se mencione en ellas uno u otro aspecto de esta virtud. A medida que la Congregación crecía, el Fundador volvió a la caridad, insistiendo en ella: ‘esta caridad que te hace vivir la vida de Jesucristo’.” de los escritos de la Hna. Jean Bosco
La herencia Santa Unión: “Por nuestra caridad somos una presencia activa de Su amor.” Art. 9.
Este es nuestro llamado. Apoyémonos entre nosotras con la oración y acción en la vida diaria.
Con cariño,
Con cariño,