ANTECEDENTES
El Ciclo de la Creación es la celebración cristiana anual para orar y responder juntos al clamor de la Creación: la familia ecuménica de todo el mundo se une para escuchar y cuidar nuestra casa común. El Ciclo comienza el 1 de septiembre, Día Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, y termina el 4 de octubre, fiesta de San Francisco de Asís, el santo patrón de la ecología amado por muchas confesiones cristianas.
El tema de este año, «Esperar y actuar con la creación», se inspira en la Carta de San Pablo a los Romanos (8:19-25), subrayando la esperanza que brota de nuestra fe y el papel activo que debemos desempeñar en el cuidado del mundo que nos rodea. La esperanza es un instrumento que nos permite superar la ley natural de la decadencia. La esperanza nos es dada por Dios como protección y guardia contra la futilidad. Sólo a través de la esperanza podemos realizar el don de la libertad en plenitud. Libertad para actuar no sólo para lograr el disfrute y la prosperidad, sino para alcanzar el estadio en el que somos libres y responsables. La libertad y la responsabilidad nos permiten hacer del mundo un lugar mejor. Sólo cuando colaboramos con la Creación pueden surgir las primicias de la esperanza. Para profundizar en la reflexión teológica que guía el tema y el símbolo de 2024, encontrará más información aquí.
En la carta del apóstol Pablo a los Romanos, la imagen bíblica representa a la Tierra como una madre que gime como si estuviera dando a luz (Rom 8,22). Francisco de Asís lo entendió así cuando se refirió a la Tierra como nuestra hermana y nuestra madre en su Cántico de las criaturas. Los tiempos que vivimos demuestran que no nos relacionamos con la Tierra como un don de nuestro Creador, sino como un recurso para utilizar. Y, sin embargo, existe la esperanza y la expectativa de un futuro mejor. Esperar en el contexto bíblico no significa quedarse quieto y callado, sino gemir, clamar y luchar activamente por una nueva vida en medio de las dificultades. Al igual que en el parto, pasamos por un período de intenso dolor, pero surge una nueva vida.